La identidad puertorriqueña como mito nacional : un análisis semiológico del discurso de DIVEDCO

Abstract

En el 1949, bajo la gobernación de Luis Muñoz Marín, líder del Partido Popular Democrático (PPD), se creó la División de Educación para la Comunidad (DIVEDCO) con el objetivo de (re)educar a las poblaciones rurales puertorriqueñas e integrarlas en el plan económico que trajo consigo la fundación del Estado Libre Asociado (ELA). La DIVEDCO se ocuparía de unir el proyecto cultural con el proyecto político y económico del País. A través de la producción de material educativo como carteles, panfletos y libros, resaltando los Libros para el Pueblo, la DIVEDCO utilizó la imagen, a la par con el lenguaje como sistema lingüístico, como medio para transmitir valores relacionados a la democracia y al trabajo, necesarios para el despegue del desarrollo industrial planificado para la Isla. Los vínculos que se crearon entre estos valores y la realidad del campesino puertorriqueño forjaron un sentido de identidad nacional que se personificó en la figura del jíbaro. Las ilustraciones en la obra de DIVEDCO permitieron modificar el lenguaje social, que Gee (1999) denomina Discurso (“big D”) con “d” mayúscula, y crear un Discurso que promulgó el objetivo económico muñocista. Para crear este Discurso, el mito (Barthes, 1957), como uso del lenguaje, fue una herramienta útil y necesaria. El Discurso de DIVEDCO construyó el mito de la identidad nacional a través de la vinculación de imágenes o, en otras palabras, la creación de metáforas (Lakoff & Johnson, 1980). Empleando algunos mecanismos del mito (Barthes, 1957), como la naturalización o la privación de la historia, la DIVEDCO fue capaz de relacionar la cotidianidad y la idiosincrasia del puertorriqueño con la estampa de la sociedad taína, como un grupo pacífico, comunitario y familiar, dedicado a los trabajos manuales. Los valores que promovía la plataforma del PPD fueron justificados por los orígenes de la historia de la Isla, proveyéndole así legitimidad sobre el Discurso y otorgándole inherencia a la identidad puertorriqueña creada por este Discurso.